Mario es un niño de 7 años muy despierto e intelgente que vive con sus padres en el centro de una gran ciudad. En el colegio disfruta mucho jugando con sus compañeros de clase. Todos los días cuando llega a casa después del cole lo primero que hace es sentarse delante del ordenador a jugar con alguno de sus videojuegos favoritos hasta la hora del baño o de la cena. Por las noches antes de dormir piensa en lo divertido que sería ser uno de los personajes que aparecen en sus juegos de ordenador e imaginando las aventuras y los monstruos con los que le encantaría luchar se duerme profundamente.
Ayer llegó a casa como cada día, pero esta vez, cuando se dirigía hacia su prdenador, vió en su escritorio un libro azúl con las páginas doradas que no recordaba haber visto antes. Se sentó en su cama y comenzó a leer. Le gustó mucho lo que encontró en las páginas de aquel libro. Las aventuras que allí se narraban eran mucho más interesantes que las que encontraba en sus videojuegos e incluso podía imaginar que él era el protagonista de aquellas historias. Desde aquel día Mario descubrió que hay muchas formas de divertirse y ahora su preferida es la lectura.
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