Mayte García Hernández
Alfredo es un hombre soltero. Tiene 40 años y vive solo. No tiene pelo pero tampoco tiene un pelo de tonto. Sus ojos son muy grandes y redondos parece que se le van a salir de la cara. La boca, siempre la tiene cerrada y seria., no deja ver sus dientes blancos y perfectos.
Es un hombre antipático y gruñón. Es un gran aficionado de los sueños. Cada noche que se acostaba soñaba cosa diferente, una de las veces soñó que la sábana de la cama se salía sigilosamente y se convertía en un feroz fantasma que venía para robarle sus sueños. Pero últimamente tiene dos sueños que se le repetían con frecuencia por la cabeza y no le dejaban dormir. Los dos tenían un punto en común: a mi cuerpo le ocurren cosas extrañas.
A veces sueño que no peso nada y voy flotando y volando por las calles. Cuando hace viento tengo que agarrarme a cualquier sitio para sujetarme.
Otras veces sueño que soy de cristal. Ando con mucho cuidad de no golpearme para no romperme.
¡¡Es una lata!!
No puedo dormir…
Es un hombre antipático y gruñón. Es un gran aficionado de los sueños. Cada noche que se acostaba soñaba cosa diferente, una de las veces soñó que la sábana de la cama se salía sigilosamente y se convertía en un feroz fantasma que venía para robarle sus sueños. Pero últimamente tiene dos sueños que se le repetían con frecuencia por la cabeza y no le dejaban dormir. Los dos tenían un punto en común: a mi cuerpo le ocurren cosas extrañas.
A veces sueño que no peso nada y voy flotando y volando por las calles. Cuando hace viento tengo que agarrarme a cualquier sitio para sujetarme.
Otras veces sueño que soy de cristal. Ando con mucho cuidad de no golpearme para no romperme.
¡¡Es una lata!!
No puedo dormir…
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