lunes, 28 de enero de 2008

LOS TÍTERES

LA LITERATURA DRAMÁTICA INFANTIL Y EL TEATRO DE TÍTERES.

De Federico García Lorca a la actualidad.

Este documento refleja la importancia de la literatura en la Península Ibérica donde han escrito obras para ser presentadas por muñecos. Pero con el paso del tiempo este tipo de representación y la mayor parte de los textos se han ido perdiendo, aunque todavía conservamos un pequeño repertorio destinado al público infantil.

Respecto al teatro de títeres podemos decir a través de ellos se pueden proyectar amores, odios, pasiones, deseos…Además no debemos olvidar el lenguaje que utilizan que llama la atención a los niños, se trata de un lenguaje vivo y directo. Pero no debemos olvidar que estos muñecos, que parecen tan simples, tienen un significado psicológico y educativo.

A lo largo de nuestra historia literaria estos títeres nos han cautivado y han atraído la atención de los niños y de las niñas de una manera intensa y especial. En definitiva, consiguen manifestar los sentimientos humanos.

En cuanto a los títeres y la literatura se puede destacar que estos pequeños muñecos abundan. No debemos olvidar los textos destinados a ser representados por títeres que deben tener un guión. Este guión ha tenido un espacio restringido en un teatro básicamente popular abierto a la improvisación, destinado más a ser presenciado con participación que a ser escuchado con atención. Muchos de estos textos no se conservan.

A principios de siglo podemos destacar como uno de los dramaturgos más influyentes de toda nuestra historia literaria a Ramón María del Valle Inclán que escribe La cabeza del dragón. No se trata de una pieza específicamente infantil, porque Valle la dedicó a los niños y a los padres que les acompañarían a ver la función. Para atraer a los niños era necesario unos escenarios fantásticos y los personajes conocidos; y para atraer a los padres hacía uso de la ironía y la denuncia de los males de su tiempo. Por tanto, este tipo de obras son de interés para todas las edades y este tipo de mezcla que hace Valle es lo que hace a la literatura muy idónea para un trabajo textual con los niños.

En definitiva, la literatura es escasa pero no inexistente ya que tenemos algunos textos populares entre los que se encuentran los famosos sainetes de La Tía Norica en Cádiz, el pícaro guiñol creado por García Lorca para en su Retablillo de don Cristóbal o la pieza de Jacinto Grau El señor de Pigmalión. Y sobre todo, de la vertiente popular que hacen uso los propios titiriteros nos queda los personajes hispánicos célbres presentes en todas las geografías, por ejemplo: , , , , ,


Respecto a las obras infantiles para teatro de títeres en el marco peninsular según Juan Cervera, las primeras obras infantiles españolas para teatro de títeres son del siglo XIX. Nos habla de muchos de los autores que han influido en las obras infantiles.

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